La idea central del pensamiento de Mircea Eliade es la clara distinción entre lo sagrado y lo profano.
Se manifieste en la forma de Dios, dioses o ancestros míticos, lo sagrado es lo que contiene cualquier "realidad" y da sentido a todo. Por su parte, lo profano adquire realidad únicamente en la medida en que participa en lo sagrado.
Según ésto, todo pensamiento religioso se centra en el concepto de Hierofanía. Lo sagrado se manifiesta en el plano profano a los hombres. Para el hombre antiguo el mundo profano carece de sentido, de significado, de calidad, de estructura. Lo que da sentido al mundo profano es la manifestación de lo sagrado. De hecho, la primera manifestación de lo sagrado es lo realmente importante, lo que da sentido al mundo y ofrece al hombre unas reglas de comportamiento así como el poder de las cosas reside en sus orígenes, cuando se produjo su primera manifestación.
Los mitos describirían los acontecimientos primordiales que hicieron a la sociedad y al mundo natural tal y como son: se trata de reconstrucciones de la primera Hierofanía, de la primera manifestación de lo sagrado en el tiempo primordial. En línea con ésto las sociedades tradicionales organizan el mundo en función del lugar en que se produjo esa primera Hierofanía, estableciendo así un eje del mundo (axis mundi) que suele ser representado como un Árbol Cósmico o Pilar Sagrado que hunde sus raíces en el mundo subterráneo de los muertos en tanto que su copa roza el Cielo. En definitiva, la Hierofanía marca el lugar del templo y éste es el centro desde el que se organiza el territorio, empezando por los poblados o lugares de habitación. Lo que está más allá del mundo conocido es el ámbito del caos y el peligro poblado por fantasmas, demonios y extranjeros (identificados como demonios y almas de muertos).
Siguiendo con el razonamiento, para las culturas antiguas el tiempo lineal, histórico, carece de sentido. Lo único que posee sentido es lo que sucedió en el principio de los tiempos. Por ésto, el hombre tradicional tiende a comportarse como en el principio de los tiempos y trata de regresar a ese estado mítico; el tiempo no es lineal sino cíclico. Es la "nostalgia de los orígenes" que lleva al hombre tradicional a revivir los acontecimientos míticos mediante rituales: se trata de re-entrar mágicamente en el "Gran Tiempo", lo que Elíade denominó el "Eterno Retorno".
Analizando la estructura de los mitos Eliade encuentra que la mayoría de los mitos, rituales y experiencias místicas implican una coincidentia oppositorum. Muchos mitos expresan, por un lado, la oposición diametral entre dos figuras divinas surgidas de una única figura y del mismo principio pero destinadas a ser reconciliadas en un determinado tiempo escatológico, y por otro lado, la coincidentia oppositorum es la naturaleza misma de la divinidad, que se muestra, de modo alternativo o simultáneo, benevolente y terrible, creativa y destructiva, solar y terrenal.
El hombre tradicional encuentra que el mundo profano en el que se halla es el resultado de una separación brutal del mundo mítico, de la "caída" del Paraíso. La "caída" supone un cambio ontológico en la estructura del Mundo en tanto que el Paraíso era un estado paradójico en el que los contratios existen sin conflicto representando entonces la reconciliación de los opuestos y la unificación de la diversidad. El hombre tradicional busca regresar a ese tiempo mítico.
En esta línea judaísmo, cristianismo e islamismo se caracterizan por incorporar el tiempo lineal a su pensamiento religioso. El tiempo histórico es entendido como un progreso hacia la Era Mesiánica del Juicio Final: el hombre tiene que trabajar para alcanzar un Paraíso futuro, lo que en sí es un retorno a Dios: el final de los tiempos en que se restaurará la beatitud del hombre. Por su parte, Budismo, Jainismo y algunas formas de Hinduísmo promulgan la huída de los ciclos temporales, del mundo material ("maya") mediante técnicas de Yoga para alcanzar lo Sagrado ("nirvana").
Eliade encontró que muchas sociedades pre-agrícolas creían en un Alto Dios o dios-cielo supremo: una figura vaga y distante que convivió con los hombres en el tiempo mítico pero que, tras finalizar los trabajos de creación, se retiró al cielo y lleva una existencia ociosa (es el deus otiosus de lo que Eliade denominó "monoteísmo primordial"). El desarrollo de la agricultura desplazó a este deus otiosus por un panteón de dioses y diosas de la fertilidad.
Posiblemente el trabajo más conocido de Mircea Eliade fue su estudio del chamanismo. El chamán cura, como cualquier médico, y realiza milagros como cualquier mago; pero más allá de esto el chamán es un medio (psychopomp o "conductor de almas") que puede ser también sacerdote, místico y poeta. Se trata de una figura claramente definida y común en su "estructura" e "historia" en las sociedades cazadoras y ganaderas de Asia Central y Siberia en las que se reverencia a un deus otiosus.
Uno de los temas más comunes del chamanismo es su capacidad para morir y resucitar a lo largo de su vida aunque es especialmente importante durante su iniciación. A menudo, el procedimiento se supone llevado a cabo por espíritus que desmembran al chamán y arrancan la carne de sus huesos para luego restaurar su cuerpo y revivirle. En más de un sentido esta muerte y resurrección del chamán representa su elevación sobre la naturaleza humana en la medida en que el chamán no está sometido a las leyes del tiempo profano, en particular a la ley de la muerte. Esto le permite, además, hablar con animales, descender al sub-mundo de los muertos o ascender a los cielos, a menudo trepando el Árbol del Mundo, pilar cósmico o escalera sagrada. Para Eliade este retorno a la fuente de la vida equivale al mito del eterno retorno.
Mircea Eliade encontró un claro paralelismo entre su interpretación y la filosofía platónica, que postulaba que los fenómenos físicos son burdas imitaciones de modelos eternos o Formas. Aun cuando para Eliade Platón fue el pensador que dio validez filosófica a los modos de vida y al comportamiento de la humanidad en tiempos arcaicos, Robert Segal matizó que existe una clara diferencia entre los modelos ideales entendidos como "plantillas" que los hombres y cosas pueden o no imitar y el que cualquier persona o cosa imita a una Forma por el mero hecho de existir.
(Tomado del artículo de Wikipedia: http://en.wikipedia.org/wiki/Mircea_Eliade)
martes, 30 de octubre de 2007
Las tesis de Mircea Eliade
Etiquetas:
Ideas principales de M. Eliade
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